Yo no estoy aquí.
Miércoles, 25 de Noviembre de 2009 09:28
En una sala del Palacio Quemado, en La Paz, un periodista conversa con David Choquehuanca, Canciller de la República de Bolivia:
- Yo no estoy aquí (dice Choquehuanca). Para mí lo estratégico es no estar. El estar, es la bandera de Bolivia y el no estar es la wiphala (*); el estar es el hombre y el no estar es la naturaleza; el estar es la universidad y el no estar son las universidades naturales; el estar son los derechos humanos y el no estar son los derechos cósmicos. Para mí lo importante es el no estar.
Yo no estoy aquí frente a ti.
De alguna manera este concepto me recuerda al Ubuntu (ver link). La cosmovisión andina que le hace decir esas palabras a Choquehuanca está emparentada con aquella del sur de África; y si investigamos, encontraremos que la mayoría de los pueblos antiguos han desarrollado un sistema de ver y hacer las cosas que siempre está integrado al Universo, a los dioses, a la naturaleza como ser vivo y superior. Cuando violentamos la armonía de la naturaleza, el Universo nos reclama de un modo tangible e inequívoco.
Apuntes:
1. Aquí cerca están los pozos con su eterno vaivén, los oleoductos, las playas de tanques, las bombas poderosas que empujan el petróleo de mala manera; están las líneas de alta tensión montadas sobre torres al costado del camino y a través de los campos. Y están las innumerables picadas, cicatrices en la estepa.
La actividad petrolífera está aquí, pero el petróleo (en su serenidad lenticular) pertenece al Cosmos. Está conectado al Universo desde las profundidades de la Tierra, desde su propio y vasto universo subterráneo.
2. Hasta fines de la década del sesenta Perito Moreno tenía un sistema de riego que le permitía, a cada solar, a cada huerta, recibir agua del río. Luego de recorrer todo el pueblo, el agua volvía al cauce un poco mas abajo de la toma. A principios del siglo pasado los primeros pobladores habían diseñado el sistema, que funcionaba por gravedad, que aprovechaba las crecidas el río Fénix, y nunca falló. Pero vino un interventor militar y tapó las acequias y sacó todos los puentes de las calles, de mala manera.
Ese hombre, ese interventor del Municipio, estaba ahí.
“Los pueblos originarios tenían la convicción profunda de que la vida tenía una solidaridad fundamental e indeleble, por encima de las formas particulares; no se atribuían a sí mismos un lugar único y privilegiado en la jerarquía de la naturaleza.” Ernst Cassirer, Antropología Filosófica.
Link sobre el libro “Jefazo” de Martin Sivak: