Canto y fundamento
Habladuríaas con Héctor "Gato" Ossés | Sábado 1 Dic 2012
Canto y fundamento
Con la mirada puesta en la reedición de su disco “Patagonia al Sur” y mientras culmina la tercera edición del libro “Patagonia, Ficción y Realidad”, el “Gato” Ossés analiza brevemente lo que ocurre en nuestra provincia en diferentes aspectos, además del cultural. Como hombre del canto que tiene un espacio ganado, con fundamento y convicción, asume el compromiso de “predicar con el ejemplo”.
Siempre activo y con la necesidad de pensar en nuevos proyectos, el “Gato” Ossés reflexiona sobre los más diversos temas que hacen a nuestra realidad. Dueño de una mirada crítica, pero nunca cerrada, portador de ideas y experiencias que merecen ser tenidas en cuenta, ese es el “Gato”: un tipo que va para adelante, dejando su huella e impronta, y que busca desde lo artístico los caminos que conducen eternamente a Santa Cruz.
Entre tanto, durante el presente año estuvo dando charlas y disertaciones en establecimientos educativos de la provincia, encuentros que a lo largo de los últimos años se han convertido en algo corriente en su carrera, aunque en este 2012 parecen haberse intensificado.
EL CAMPO EDUCATIVO
De todo lo que emprende, el “Gato” saca aprendizaje y rescata cosas sumamente positivas. Generoso, no duda en enfatizar o señalar lo que tiene para dar a partir de todo lo que ha recibido. Eso se deja ver a partir de esas charlas que ha podido mantener con jóvenes alumnos y profesores también, donde se generan momentos de mucha y muy buena comunicación.
LOA: Durante parte del año estuviste abocado a participar en diversas charlas que se dieron en el ámbito educativo, ¿cómo se ha dado esa posibilidad y qué destacarías de esas charlas y disertaciones?
Héctor Ossés: En los últimos diez años trabajé mucho con adolescentes de las EGB. En este año fue con la Secretaría de Extensión de la UNPA. Antes con Cultura provincial. Creo (y lo dije muchas veces) que los artistas tienen mucho que decir en educación. Es un buen complemento el arte y la ciencia. El encuentro con alumnos es, al principio, caótico. Por ejemplo, en Las Heras, me pusieron más de 200 chicos en un patio interno sentados en el piso. Yo al frente, de pie. Sobre un pupitre empecé con un golpe originario mientras les decía “este golpe no es de Africa….”. En un instante, con guitarra y armónica, se estableció la conexión. En este encuentro, y en todos, al finalizar, siempre se acercaron a charlar, a ver las armónicas, a pedirme firmas, a decirme que su papá trabajó conmigo en gas o en el petróleo.
LOA: ¿Contactarte con gente del ámbito educativo y con los jóvenes modificó o nutrió tu forma de ver y analizar la música popular que se hace en nuestra provincia?
HO: Nutrió a fondo mi idea de que hay que llegar a las escuelas con la música regional. En la mayoría de los casos, son chicos que no tienen padres santacruceños, que sus abuelos quedaron lejos. A su vez, cuando entran en contacto con las polkas, loncomeos, rancheras (y las historias que cuentan las canciones), veo que se sienten interesados.
LOA: ¿Sobre qué ejes dirías que habría que trabajar si pretendemos que a futuro se comience a tener en cuenta a la música regional?
HO: La piel de patagónico se adquiere de inmediato. Lo difícil es adquirir las tripas. La zamba y la chacarera -por ejemplo- pertenecían a la Argentina secreta. Llegó la radiofonía, los folkloristas se vinieron a Buenos Aires, el folklore se empezó a enseñar en las escuelas; en cada salón de actos había un piano. Así, esa música que también fue regional, pasó a ser nacional. Nosotros estamos todavía en la Argentina profunda y, otra vuelta de tuerca, hay muchos músicos que están en la Santa Cruz profunda y que nosotros no conocemos. En mi caso, enseño que la música patagónica está nutrida por tres grandes corrientes. Primero el golpe ancestral y luego la música que trajo el acordeón y lo que vino con la guitarra. Ahí está nuestro folklore. Ese sería mi eje. A su vez, cultura municipal y provincial deben lograr que la música regional no falte en la radio y la TV oficial. Los separadores, cortinas, ilustraciones tienen que ser con música patagónica. No se trata de impulsar alguna figura. Se trata de darle valor a todo lo que está grabado.
LOA: Aunque tiene otros matices, supongo que lo óptimo sería también vincular la música con los autores y escritores santacruceños o regionales, ¿cómo lo ves?
HO: Esa es la idea. El Festival de Pico Truncado, desde poco después de su fundación, incluyó el Salón Cultural.
VOLVER A SANTA CRUZ
Aunque hace más de dos décadas que reside en Buenos Aires, el “Gato” admite que siempre se imagina en Santa Cruz, en la Patagonia. Aunque, esté donde esté, las inquietudes parecen estar vinculadas mayormente con esos interrogantes que su propia tierra le propone a la distancia. Y a todo eso le canta y escribe.
LOA: Aunque hace muchos años no vivís en nuestra provincia, uno observa que tus interrogantes más elementales siguen pasando por esta tierra, ¿por qué dirías que pasa eso?
HO: Me siento involucrado con la Patagonia en todo aspecto. Además creo que puedo aportar, defender lo que digo. No sólo en el discurso, en libros, reportajes y notas, sino también subir a los escenarios con una banda. Mostrar que tenemos adrenalina, que tenemos ritmo, profundidad, identidad.
LOA: Como autor y compositor que hace años está vinculado al quehacer cultural provincial, ¿qué tiene de bueno o de atractivo cantarle a Santa Cruz?, ¿o es simplemente una necesidad?
HO: Soy cantor, soy músico, soy escritor. Además, como hombre de mi generación, he tenido muchísimos intereses. Es atractivo, es necesario. No es fácil encontrar un artista con repertorio exclusivamente patagónico. Yo lo tengo. Lo quiero mostrar y lo quiero enseñar. Quiero predicar con el ejemplo.
LOA: De todas tus canciones, ¿en cuál dirías que, humildemente, lograste describir plenamente a nuestra provincia?
HO: Si tuviera que elegir una, diría que es “Volver a Santa Cruz”.
LOA: Es frecuente encontrar músicos, escritores o artistas muy duros -o realistas- con respecto a la idiosincrasia del santacruceño, o que critican al Estado por la falta de oportunidades. ¿Sigue siendo esto motivo de discusión para vos o crees que todavía falta maduración para superar estos planteos añejos, pero probablemente muy verídicos también?
HO: Hace pocos días atrás, Antonito Tarragó Ross (que vive cerca de La Plata) fue invitado a cantar para el aniversario de la ciudad. Hizo notar algo: ¿Era necesario contratar a Calle 13 por un millón de pesos? Muchas veces, cuando no nos quieren pagar lo que pedimos y nos enteramos de lo que suelen costar algunos artistas, nosotros también lo preguntamos. ¿Es necesario?
LOA: Si pudieras, ¿cómo definirías a nuestra provincia? ¿Qué te parece la diversidad que encontramos entre alguien que vive en Los Antiguos o Puerto Deseado, comparativamente con alguien que es de Río Turbio o El Chaltén?
HO: Santa Cruz pasó de tener 50.000 habitantes en 1958 a los 280.000 que tenemos hoy. Así, a las apuradas, diría que tienen mucho que ver entre sí los habitantes de los lugares que mencionás, salvo Puerto Deseado que tiene una gran historia, que es puerto, que fue siempre multicultural: estanciera y marinera. Ferroviaria y carretera. Creo que en los otros pueblos hay más relación con el medio ambiente. Los Antiguos y El Chaltén serían los más parecidos.
LOA: ¿Vale la pena siempre volver a Santa Cruz?
HO: No quiero exagerar, pero me imagino siempre en Santa Cruz, en la Patagonia.
FESTIVALES
Quienes en algo conocen la trayectoria del “Gato” -tanto como sus opiniones-, saben de sus reflexiones o críticas acerca de lo que viene ocurriendo con la organización de los festivales populares en nuestra provincia. Y sobran elementos a la hora de fundamentar una posición en la que la idea pasa por no cerrarle la puerta a ningún artista, sino más bien lo contrario. De eso y de la cultura hablamos en este pasaje de la entrevista.
LOA: Aunque fuiste -junto a otros artistas- uno de los fundadores del Festival de Pico Truncado, hoy casi no se tienen en cuenta números locales para estos festejos, ¿a qué se lo atribuís?
HO: Creo que existe un notorio divorcio entre la cultura y la programación de los festivales patagónicos. Fundamos el Festival de Truncado para que pudieran cantar los patagónicos que, en pleno boom del folklore, no tenían lugar donde pararse a decir algo. Hoy tenemos los lugares, pero los patagónicos llegamos con cuentagotas. Sé de organizadores que expresan francamente que no les gusta la música patagónica. Anécdotas ridículas de un organizador pidiéndole “material” a Giménez Agüero para evaluar si lo convocaban.
LOA: ¿Qué pensás cuando, finalizando el año, ocurre que cada localidad piensa en traer artistas nacionales de renombre para sus espectáculos, como si eso fuera a marcar el éxito o fracaso de una actividad?
HO: Habría que pensar si es un éxito que un artista famoso llene un festival patagónico. ¿Es un éxito patagónico? Lo contrato a Marco Antonio Solís y lleno todo. Para mí, la fórmula ideal (lo dije muchas veces) es hacer como en el tenis: cabeza de serie un nacional, segundo un regional y tercero un local. Así funciona. Local y regional son soportes y el nacional cierra horario central. Hay que aprovechar al exitoso para promocionar nuestra música.
LOA: ¿Cómo podría modificarse esta visión donde prima la política o cultura de lo eventual?
HO: Este año, en Río Gallegos, una mutual y un estudio de danzas organizaron, con éxito, un festival de música patagónica. Estuvieron todos. Algunos vinieron por su cuenta, sin invitación, sin contrato. Querían cantar. Si ellos pudieron, ¿por qué no lo puede hacer Cultura Municipal, Cultura Provincial? En todo caso, por qué no exigen estos organismos que los festivales tengan contenidos patagónicos. Después de todo se hacen con fondos públicos y con infraestructura pública. El Gobierno debe tener una política institucional muy clara: fondos públicos para cultura, contenidos culturales patagónicos.
LOA: Indudablemente que a nivel provincial no estamos atravesando el mejor año en materia de políticas culturales, ¿cuál es tu apreciación al respecto?
HO: Creo que las gestiones tratan de sobrevivir (políticamente) con lo poco que tienen.
LOA: ¿Por qué dirías que las gestiones culturales mayormente no abren sus oídos a lo que manifiestan artistas que a lo largo de los años han demostrado sostener una conducta y convicción?
HO: Pienso que no hay verdaderos administradores culturales. Y que los gobiernos, en general, no creen en la cultura y le dan prioridad a otras áreas, tanto en la gestión como en el presupuesto. No están convencidos de que se puede hacer política con la cultura. Sin embargo, los artistas, los bienes culturales son una formidable posibilidad de ligazón, de identificación de la sociedad. La cultura establece espacios para unir los universos simbólicos de diversas procedencias.
LOA: ¿Dónde ves la posibilidad del cambio?, ¿qué tendría que ocurrir para que esto comience a cambiar?
HO: La gente es sensible y aprecia la cultura. Va a llegar el momento en que será necesario formular planes para la administración de la cultura así como se planifica la obra pública, la recolección de basura, el asfalto, el cordón cuneta. Mientras los dirigentes consideren a la cultura como algo subalterno, va a ser muy difícil avanzar.
SANTA CRUZ VERBORRAGICA
También aprovechamos la ocasión para preguntarle acerca de lo que ocurre en nuestra provincia a nivel político. En ese sentido, asegura no haberse esperado nunca un conflicto de la naturaleza que atravesamos, sin embargo, apuesta al diálogo como salida a la realidad que nos toca.
LOA: ¿Qué te genera ver en la provincia, últimamente, tantos cruces mediáticos entre funcionarios y diputados?
HO: En 1991 publiqué “Disparen sobre el gobernador”, un ensayo que trataba precisamente sobre las divergencias entre ambos poderes. Realmente es para tener en cuenta la frecuencia con que se llega a la inestabilidad institucional. Sigo puntualmente todas las noticias y puedo más que lamentar la “reincidencia”. El otro día publiqué en mi columna mi poema “El País Aonikenk”, que empieza diciendo “para amar tu provincia, a tu gente y tu pueblo…”. Y aclaraba: es un poema de amar. No soy remedio de nada (escribí), pero algo es algo entre tantos actos de dolor.
LOA: ¿Te ha sorprendido lo que ocurre o era algo esperable desde tu apreciación?
HO: No me esperaba un conflicto de esta naturaleza, realmente.
LOA: ¿Por dónde ves una solución o mejor panorama a esta situación?
HO: Para nosotros, para la gente común y corriente, me parece que la solución sería el diálogo, el desagravio. La estabilización económica y laboral.
PRESENTACIONES
Inquieto por naturaleza, siempre está buscando objetivos o proyectos en los cuales hacer foco. Quizás sea esa una forma de vencer al tiempo, manteniéndose activo y con ideas frescas. Por lo tanto, no resulta casual que tenga tanto desafío por delante, entre presentaciones, reedición de disco y edición de un libro.
LOA: ¿Contanos qué estas preparando para los próximos meses a nivel musical?, ¿y a nivel literario?
HO: Tengo que conseguir apoyo económico para reeditar mis discos, especialmente “Patagonia al Sur” y hacer la tercera edición del libro “Patagonia, ficción y realidad”. Tengo la satisfacción de haber vendido discos y libros uno a uno, a gente física, en las disquerías, en librerías, en mis recitales. La satisfacción de que se agotaran y que haya que hacer nuevos ejemplares.
He tocado mucho este año y en este momento estoy en tratativas con dos festivales para ver si me incluyen en sus respectivos programas.
A nivel literario, mi principal ocupación será sacar la nueva edición del libro, que tendrá algunas cosas nuevas.
LOA: Ahora que ha pasado un tiempo, ¿cuál es el análisis que hacés de la trilogía discográfica que pudiste editar?, ¿qué comentarios has recibido sobre ese material?
HO: El primer análisis es el que corresponde al género, al rubro: venta de ejemplares. “Patagonia al Sur” (2007) está agotado. “Gato Ossés en el camino” quedan muy pocos y “Patagonia, ADN” sale con fritas, realmente. Me da confianza la respuesta de la venta. Me da confianza el aplauso. Las visitas a mi página web, que son muchas para un artista de mi categoría. Estoy convencido de que logré amar una tesis, una ponencia respecto de la música regional. Sé que di un paso, que armé un abanico. Rescato también la visualización que he adquirido a través de FM La Folklórica de Buenos Aires, que me tiene en muy buenos lugares de su programación, y en el micro “Salamancas y caminos”. Soy optimista. Tengo fuerza y confianza en lo que hago. Pero sé que la música de la Patagonia todavía tendrá que andar camino.
Pocas personas han logrado llegar con su canto -o ilustrar- al pueblo santacruceño como Héctor “Gato” Ossés. Ese ha sido su objetivo a lo largo de la vida, y con mucho empuje le ha dado siempre para adelante, a pesar de que ha tenido que sobreponerse a situaciones muy duras, como cuando fue detenido por la dictadura militar, lo que le significó permanecer tres años en la cárcel de Trelew. Difícil no admirar a una persona que describe y pinta con sus canciones realidades que hacen a nuestra idiosincrasia, al pasado y a la cotidianeidad, más aún si tenemos en cuenta la dedicación y creatividad que demanda construir un camino propio y respetable. En definitiva, el “Gato” Ossés, con sus versos y poesía, vuelve permanentemente a Santa Cruz, porque esa es la tierra para la que su canto ha nacido.
JUNTAR LA BASURA * Por Héctor “Gato” Ossés
La frase final de la última nota de Cultura y Región no es un remate elaborado especialmente que se usa en las notas periodísticas. Creo de verdad que invertir en cultura es tan importante como juntar la basura todos los días, y que hasta la basura sirve para conocer la cultura de un pueblo: ¿usted se preguntó cuántos kilos de yerba usada se recogen por día en su ciudad? (yerba mate). Tomar mate es parte de nuestra cultura. Tomar mate con amigos, tomar en la mañana en la cocina, escamotear un mate en un taller mecánico, tener un mate escondido en la oficina, en la cocina de las escuelas, tomar mate viajando, leyendo, escuchando música, estudiando, o sentarse frente a la ventana y tomar mate dejándose invadir por la nostalgia por alguien o por algo. Hay una rama de la ciencia que estudia los hábitos de consumo y desmenuza nuestra bolsita de basura como si fuera un ratón de laboratorio. Pero, tomar mate no es sólo un hábito de consumo. Es mucho más.
Invertir en cultura, además de hacer barrios, puertos, caminos, asfalto, hospitales, inauguraciones, cortes de cinta, etc., es generar espacios de procedencia y construir horizontes (esta es una frase que me salió tan sin pensar que la voy a dejar, aunque sea para arrepentirme mañana). Y tal como se hace en otras áreas, es cuestión de acordar una línea de acción, destinar dinero y tener siempre en cuenta que ya no se trata de ladrillos, cemento, cal y arena. Hay que trabajar con la gente y confiar en la gente. La cultura es subterránea, la inspiración es nocturna, el arte es anárquico. Los sentimientos no se pueden mensurar ni calificar. El administrador cultural tiene que proveer los espacios físicos y hacerlos funcionar, poner a disposición de la gente elementos, gestión, financiación, protección. Tiene que escuchar, confiar, conocer. El administrador cultural no genera cultura, no tiene ninguna obligación, no tiene necesariamente que ser artista o intelectual (porque algunos piensan que poniendo un escritor al frente ya está todo resuelto). Un administrador cultural tiene que contar con un presupuesto y ejecutarlo. Los bienes culturales son bienes tan transables como la mayonesa y el vino tinto. Es decir que pertenecen al paraíso de la oferta y la demanda como cualquier producto del mercado. Claro que es difícil pensar que hacer un libro sea un microemprendimiento. En fin. El administrador cultural es un funcionario común y corriente que debe cumplir una misión. Desde ya que tiene que estar entrenado para trabajar sensible, porque su campo es lo caótico.
Hay otro problema: no extienden “final de obra”.
* Una de las columnas pertenecientes al espacio “Cultura y Región” que fue publicada por el diario Crónica de Comodoro Rivadavia en el año 1998.
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Por Claudio Alvarez
viscerales20@hotmail.com
fuente: http://laopinionaustral.com.ar/diario.asp?Modo=Noticia&NId=8952&A=2012&M=12&D=3