Una historia de vida relatada en canciones

Sábado 13 de Junio de 2009

"Gato" Ossés
Una historia de vida relatada en canciones 

Por Mariana Cabezuelo

Se considera definido por la expresión de la periodista Elvira Córdoba al decir que el Gato Ossés se cuenta a sí mismo en sus canciones. Hijo de patagónicos, de padre chubutense y madre santacruceña, Héctor Raúl “Gato” Ossés nació en Perito Moreno el 24 de marzo de 1945, vivió en Bajo Caracoles, fue a la escuela en Paso Roballos, adonde llegaba a caballo.Vivía con su abuela, sobre lo que también escribió, en una de sus canciones, Cañadón Verde, dice que las gallinas de la abuela ponían huevos de cáscara color verde. “Es recontra literario, no me digas”, analiza. Fue a primero inferior con cinco años, y fue en ese momento que empezó a escuchar la música del acordeón que respeta y quiere tanto, la música de la guitarra, los estilos, las milongas. Por primera vez estuvo en una ciudad, “con calles y luz eléctrica”, cuando llegó con su familia a Gobernador Gregores, donde “la bendición” fue poder comprar la revista Billiken, “que tenía unas historietas hermosas” y con la que dice, “empezó mi carrera de lector. Más tarde residió en Las Heras. Recién conoció Río Gallegos a los 15 años. Reside desde hace 20 en Buenos Aires, aunque su itinerar hacia la Patagonia y recorrerla, en sus distintos escenarios, es algo permanente en la vida de este incansable “hombre común”.

GO: En las Heras conozco a un señor que se llamaba Astolfo González, que me da el primer libro, Es Miguel Strogof, y de ahí seguí con Los Miserables, y con todos los libros famosos de ese entonces, más las colecciones completas del mundo deportivo. Siempre estuve vinculado a la lectura. Y ahí me lleva mi viejo a ver por primera vez unos músicos, el Dúo Coronel Portillo. Yo nunca supe cuál era Coronel y cuál era Portillo, pero eran dos músicos que tocaban muy bien la guitarra, y tenían ese aspecto de músicos, de las corbatas, los anillos, bien peinados. Imaginate vos en un pueblito en el viejo Hotel Europa de Las Heras. Yo pienso que esa puede haber sido la primera vez que pensé en cantar yo también alguna vez en un escenario. Habré tenido entonces once años, y el Dúo Coronel Portillo fue un gran estímulo para mí, porque me parecía muy mágico estar arriba de un escenario, aunque era chiquito, un escenario de un boliche de la Patagonia donde se va a tomar vermú y jugar al cacho, un boliche de esos con banqueta, mostrador y algunas mesas. De ahí nos fuimos a Perito Moreno, donde siguió mi afán por la lectura. Por ejemplo, el Correo vendía libros y se podían comprar por un formulario. Así compraba libros yo, más, la única revista Primera Plana que llegaba a Perito Moreno era para mí. Era una lucha por leer y escuchar música.

El mayor de cinco hermanos, tres mujeres y el menor, Tito, que nació con Síndrome de Down, cuenta que su padre fue acordeonista y guitarrista, que dejó por razones misteriosas. Una sola vez tocó para él un vals y le enseñó a tocar una polka, melodía con la que más tarde compuso La polka de Doña Elcira. Esa fue su formación, muy vinculada al campo, pero en una búsqueda permanente de la lectura.

GO: A Tito le compuse una canción que se incluyó en el último disco, Patagonia Al Sur, Mi hermano Tito. Lo que para mi familia al principio fue un lío, luego fue una bendición, porque mi hermano Tito fue un muchacho excepcional, porque teniendo Síndrome de Down trabajaba en el negocio, fue a la escuela común, era monaguillo, jugaba al fútbol, fue muy estimulado. Tito murió, pero pienso que tuvo una buena vida. Además, tengo una gran familia, una familia enorme, primos, tíos, tengo una familia en toda Santa Cruz. Yo siempre dije que podía inventar un tour que se llamara tumbeando por Santa Cruz, que podía andar sin pagar comida ni alojamiento, un año por lo menos, en casa de parientes. Sólo en Santa Cruz, ya si incluyo Chubut sería una bienal de tumbeo.

Además de la influencia que reconoce en ese escaso contacto con la música que le dejó su padre, Gato no puede dejar de nombrar a su tío Polo, el hermano de papá, Hipólito.

GO: Era un muy buen guitarrista de clásico, de quien aprendí mucho también. Yo creo que a los 17 años había hecho mis primeras canciones. Es decir que, empecé pronto a hacer canciones, lo que sí tardé mucho en hacerme profesional, pero la vida mía es larga. No he parado de componer mis canciones, nada más que mi profesionalización como músico viene a partir de 1986, cuando grabo mi primer disco, y puedo decir que empiezo a ser ya un profesional, y en estos últimos diez años, ya más firme. Además, como lector voraz, que fui siempre, empecé a comprar todo lo que aparecía, que en ese entonces aparecía muy poco sobre la Patagonia, pero todo lo que aparecía lo fui comprando, leyendo, juntando, y me fui armando también un relato que en algunas partes no estaba escrito, pero que yo lo iba suponiendo, por ejemplo, con respecto de la huelga. Yo había hecho canciones de la huelga antes de que aparezca el libro de (Osvaldo) Bayer (La Patagonia Rebelde), ya tenía yo canciones hechas, pero por lo que me contaban mis familiares, lo que me contaba la gente, porque la gente conocía la huelga y todos sus problemas, antes de que Bayer lo pusiera en un libro. Lo increíble de Bayer es llevar a esos cuatro tomos, más la película, toda esa historia de la que los testigos estaban vivos. Era muy reciente, por eso tiene tanta importancia ese libro. Yo de la huelga ya sabía, es decir que en cuanto a la especialización en el tema de contar, viene cuando yo me dedico únicamente a esto, entonces, empiezo también como recurso de mi profesión, a escribir más. Ya tenía libros escritos, de Literatura, como La Mujer Bruja, pero empiezo a escribir sobre las cosas de la Patagonia, en Ficción y Realidad, en estos últimos diez años.

Trabajó en Gas del Estado, en el petróleo, en el Senado de la Nación con el senador nacional por Santa Cruz Pedro Molina.

GO: Era un amigo de mi pueblo, nacido en Perito Moreno, y habíamos sido chicos juntos, aunque él era un poco menor, y fui, naturalmente, con él, por mis conocimientos sobre el tema del petróleo, que yo conocía mucho. Estudié y trabajé mucho con el tema del petróleo, así que conocía el tema, aunque nunca tuve una carrera ni un título. Es increíble, sin tener un título, cómo fui alcanzando, por ejemplo en el petróleo, empecé como ayudante de recorredor y llegué a supervisor. No había estudiado previamente, pero sí lo hice en el momento, en el lugar, me preparé, creo que en ese sentido he tenido siempre mucha facilidad para aprender la cosas y para ponerlas en práctica, y por ahí, uno tiene condiciones que no están a la vista, por ahí el sentido común, la forma práctica de trabajar, da resultado.

Carrera de padre, de político, de músico, escritor y cantor

La militancia es una parte muy importante en la vida de “Gato” Ossés, un hombre de la generación de los ’70, cuando todos los jóvenes militaban. Perteneció a la Juventud Trabajadora Peronista.

GO: Cuando estuve en Gas del Estado, estaba en el gremio, eran los tiempos de don Jorge Cepernic, con quien tuve mucha relación cuando me instalo en Pico Truncado, adonde pasé después de Perito Moreno, y viví durante 25 años. Ahí, en Pico Truncado, hago toda mi carrera de padre, de político, de músico y de cantor. Todo, todo, todo, lo hago en Pico Truncado. Ahí me casé, tuve mis hijos, escribí mis libros, mis canciones y empecé una militancia muy fuerte que me llevó a la cárcel, estuve tres años preso, en la cárcel de Rawson. Fui preso político como tantos otros compañeros, entre 1976 y 1979. Recién salgo en el ’79 con libertad vigilada, que se levanta al poco tiempo, y vuelvo a trabajar en el petróleo, a trabajar en la militancia de nuevo. Fue un momento muy duro, donde entré a la cárcel con 90 kilos y salí con 70, por ejemplo, salí enfermo, porque esa cárcel estaba hecha para destruirnos. Tenían un plan perfectamente elaborado de muy poco alimento, sin visitas, con todo tipo de torturas y de malos tratos. Las cárceles estaban hechas por la dictadura para destruirnos a todos, la mayoría tuvo fuerza para resistir, pero hay algunos que no resistieron.

Fue en el mismo período que estuvieron presos el actual secretario de Estado de Derechos Humanos de Santa Cruz, Alberto Marucco, César Vivar, J. P. Zúñiga, algunos mucho más tiempo que “Gato”. Con 31 años de edad era un militante fuerte. Considera que “era lo más natural que yo cayera preso, como venían las cosas, en una dictadura de ese tipo, no sólo metieron presos a los militantes, sino también a los amigos, a los disidentes”.

GO: En ese tiempo mi familia quedó boyando. La madre de mis hijos, René, de quien hoy estoy divorciado, se supo manejar como para mantener a la familia funcionando entera, cuidarme a mí, visitarme, hacer los trámites, todo lo que significaba tener al marido preso, tratando de liberarme. Al final salí, pero nadie sabe por qué. La decisión de meterme preso, como la de salir, fue todo un misterio. Había una visita, donde a través de un vidrio se hablaba por un micrófono, eso era todo. Ahí peregrinaban a Rawson los familiares de los presos, en un espectáculo que durante años vió la ciudad de Rawson. El año pasado nos juntamos 500 ex presos de Rawson, en Trelew, fue algo extraordinario, un encuentro maravilloso, porque algunos hacía 30 años que no nos veíamos, y ahí, me pareció, si hay una explicación, por qué todos seguimos, porque seguimos, ahí vi que no era yo el único que había quedado enterito, a pesar de lo que pasamos. Y de la cabeza, pienso que alguno no estará muy bien, ni siquiera sé si yo estoy muy bien de la cabeza.

LOA: ¿Cómo era un día en la cárcel?

GO: Un día en la cárcel…, podíamos titular así a una canción. Estaba prohibido en la cárcel estar de pie en tu celda, tenías que estar únicamente acostado. Eso tenía un propósito deliberado de impedir que hagas ningún tipo de ejercicio, ni caminar en la celda, ni nada. Tenías que estar acostado, entonces, llegaba la hora de levantarse y eran tres horas de recreo en la mañana y tres horas de recreo en la tarde. El resto, una larga siesta, siempre acostado, y a la noche temprano, acostado. Nosotros aprovechábamos de todas maneras para burlar, y te voy a contar una anécdota que le conté hace un ratito a un amigo: era una cárcel de máxima seguridad, estaba prohibido todo, inclusive las reuniones grandes, no se podía tomar mate con otra persona, tenías que tomar mate solo, estaba prohibido convidar un cigarrillo, estaba prohibido prestar nada. No teníamos libros, no teníamos revistas, ni diarios, ni radio. Ni fotos de la familia, ni nada personal, salvo un jabón. Eso era la cárcel de Rawson, era realmente una cosa seria. Muy dura. Y había ocho pabellones, todos incomunicados entre sí. Cada pabellón tendría veintipico de celdas, así que se supone que nadie podría comunicarse con otro pabellón. Se podía escribir una carta por semana a los familiares y para eso, la cárcel te proveía de una hoja y de un marcador para que vos escribas la carta, de una sola cara. Un día, cuando entregaron las hojas para escribir, todos los presos de Rawson presentaron el mismo recurso de amparo al juez Garzonio, el mismo texto, es decir que, una larga preparación subterránea y encubierta de todos los presos, había hecho que cada preso de Rawson, estuviera en el pabellón que estuviese, escribiera el mismo pedido de recurso de amparo. Fue gracias a una burla del método que tenía la cárcel para mantenernos incomunicados, teníamos formas de violarlo y por lo tanto pudimos que un mismo texto fuera escrito por cada preso, por más incomunicado que estuviera con el otro. Ese fue un triunfo muy grande para los presos de Rawson, demostrar que ese regimen que parecía tan invulnerable, era vulnerable.

LOA: ¿Qué pasó después del ’79?

GO: Vuelvo a la zona petrolera, a Pico Truncado, de donde yo era. Mi militancia era gremial y politica, aunque nunca tuve ningún cargo electivo. No lo quise tener nunca, pero sí tuve otros, muy comprometidos. De regreso en Pico Truncado, vuelvo al petróleo, que también me da mucho lugar para contar cosas, como Petrolero que va, Avutarda, Hombre Común, Canto fundamento, todos esos temas son de esa época. Vuelvo al petróleo y vuelvo a la militancia. Yo empecé a trabajar en el petróleo mientras duraba la dictadura, pero después, ya con la apertura política, y por supuesto, nosotros entramos de lleno a afiliar gente para el Partido Justicialista y empezar a trabajar de nuevo. Y yo no hice ninguna fuerza por tener ningún cargo electivo, podía haber sido cualquier cosa, porque mis compañeros me tenían en consideración por haber estado preso, así que después, con el primer gobierno democrático de la Municipalidad de Pico Truncado, fui secretario de Asuntos Comunitarios de la que dependían Deportes, Sociales, Cultura, con el intendente (Sergio) Acevedo; después fui lo mismo con el intendente (Fructuoso) Rivera. Y siempre fui desechando la posibilidad de algún cargo electivo.

Paralelamente a la gestión municipal, fue la incipiente carrera como músico profesional, a la que un día decidiría dedicarse por entero, sin otros compromisos laborales que los de componer, grabar y subirse a los escenarios que se presentaran.

GO: Entre medio de esos períodos me fui a vivir a Buenos Aires. Es decir, el primer período en la Municipalidad fue ’83-’85; ’86-’87 grabé en Buenos Aires, mi primer disco “Hablo del hombre común” y después vuelvo otra vez a la Municipalidad, hasta el ’89, donde me voy a Buenos Aires, y durante casi diez años trabajé en el Senado de la Nación. En el año 2000 me desvinculé totalmente del Senado de la Nación, fue una decisión mía, de ser fiel a mí mismo, porque yo quería ser músico y escritor, que es lo que soy, pero quería serlo todo el tiempo, ya no soportaba tener otro trabajo, así que en el año 2000 corto con todo, y soy íntegramente lo que vengo haciendo. Este último tiempo, casi diez años, me dedico únicamente a eso. Estando todavía en el Senado grabo otro disco, en 1989, y otro unos diez años más tarde. Es entonces cuando decido ponerle aceleración a mi carrera, porque ya tenía tres díscos grabados, tocaba, pero no podía hacerlo tan seguido, perteneciendo al Senado de la Nación. Hasta entonces, a pesar de que se conocía mucho mi obra, porque yo tuve la suerte que, por ejemplo, el Canal 9 hiciera unos cortos con canciones mías, hace unos 20 años, entonces, se vendían mucho mis discos. Yo vendía más discos que lo que actuaba, y hoy, no sé si actúo más que los discos que vendo.

A pesar de esta tardía pero acertada determinación vocacional, los comienzos de Gato Ossés con el escenario se remontan a la fundación del Festival Nacional Austral del Folklore en Pico Truncado, en 1969. Antes, en 1967, había cantado en las peñas del Hotel Munich en Caleta Olivia, una canción de la huelga del ’21 que nunca grabó.

GO: Esta última parte de mi vida es una especie de recta, después de tantas curvas, estoy dedicado únicamente a esto, con los discos, con los libros, con las conferencias, actuando todo lo más que puedo, vendiéndome como producto, con mi página web, con facebook, tratando de llegar a la mayor cantidad de gente posible con mi mensaje.

LOA: ¿Estudiaste música?

GO: No, no, no he estudiado nada. Lo único que estudié metodológicamente fue Inglés, pero creo que tengo que agradecer algunos dones que el Señor me ha dado, de saber componer música, y hacer canciones que le gustan a la gente, porque yo sé que muchas canciones le gustan a la gente, de las canciones que yo he hecho. Y hacer libros y textos que le han gustado a la gente. Hemos publicado muchos textos en el Suplemento Arte y Cultura, que me gusta mucho hacerlo, y me gustaría volver a hacerlo te comento, (NdR: demás está decir que la puerta quedó abierta). Es hermoso, pienso que tengo muchísimas cosas para decir.

Primer Festival del Folklore, primera actuación ante un público masivo. Desde entonces, 40 años, éste no ha parado. Coordinó en varias oportunidades ese Festival que fundaron con Serafín Acevedo y otros más.

Familia numerosa

Gato cuenta seis hijos. Una familia realmente numerosa tuvo con René. El mayor tiene ahora 45 años, y la menor 27. Nietos, ya son ocho. Se reparte con ellos entre Río Gallegos, Buenos Aires, Luján y Mercedes, provincia de Buenos Aires. En los últimos 20 años su compañera en la vida es Angeles Ascasubi. Le resultó muy raro estar hablando de su vida privada, y rápidamente volvimos a la música, los libros y los escenarios. A sus otros hijos, que también son sus libros y sus discos.

GO: Este último tiempo, en que pude ser por fin artista tiempo completo, intensifiqué mucho mi carrera, y la identifiqué mucho con Santa Cruz y con la Patagonia, deliberadamente me identifiqué, y no hago ningún esfuerzo por cantar en Buenos Aires, ni porque me conozcan en Buenos Aires. Yo fijé una geografía de Carmen de Patagones al sur, para trabajar en esa zona. El sentido que yo le doy a mi trabajo artístico, más allá de lo que tiene que ver estrictamente con el espectáculo, que lo respeto mucho, la puesta en escena, el fondo de la cosa, es tratar de dejar establecidas cuestiones sobre la identidad musical. Por ejemplo, decir que el paso doble, la ranchera y el baión también son canciones patagónicas, porque están aquí hace mucho tiempo. No insistir tanto sobre lo étnico, sino buscar también otras expresiones, otros ritmos, destacar la milonga como pionera, porque viene del Río de la Plata, pero llegó con los músicos a la Patagonia, muy temprano, entonces, es todo un trabajo de fondo que yo le doy a mi tarea, identificarla de esa manera, y voy grabando, una para vender discos, y otra, también, para dejar establecido qué es lo que yo pienso sobre la música. Ahora estoy grabando otro disco donde estoy incluyendo los viejos temas que ya están desaparecidos de las disquerías, y poniendo temas inéditos, temas nuevos.

La última canción, nueva, es tan nueva que la escribió mientras el técnico trabajaba con el disco en el estudio de grabación. Tiene un chiste para nombrarla: la borgiana milonga metafísica excesivamente titulada “Milonga del tiempo”, cuya letra compartimos en un adelanto exclusivo. Antes de la primavera, cuando Gato espera que salga su nuevo disco a la calle.

Innovación musical

Gato se jacta, más adelante, de contar con la aprobación de buena parte de sus colegas músicos.
GO: Me aprueban mucho lo que yo hago y han destacado mucho, ellos mismos, porque por ejemplo, cuando yo empecé a tocar canciones los músicos patagónicos no usaban cuerdas de acero, mucho menos armónicas, flauta traversa tampoco, bajo eléctrico tampoco, para cantar música de la Patagonia. En ese sentido innové mucho. Y también, paso de la canción que habla de la tierra, a hablar de los temas sociales, que tampoco se hablaba. Y ya ahí se notó qué pensaba yo como militante también, es decir que, en ese sentido, no sólo yo, sino que cito a mis propios colegas al decir que innové con los instrumentos y también con las letras, al escribir letras sociales.

En este momento lo acompañan en sus presentaciones: Ismael Contreras, músico de Trelew que con su hermano Horacio forman el Dúo La Chuza. Dos músicos de Pico Truncado: el percusionista Roly Mirol, y el bajista Sandro Padilla. Con Juan Manuel, uno de sus hijos que vive en Río Gallegos, ha compartido la grabación de todos sus discos, con él en guitarra eléctrica y flauta traversa. Cree que nunca faltó en el escenario de Pico Truncado: “siempre estuve”, dice. Reconoce no tener el carisma suficiente para lograr el atractivo de multitudes, pero aún así dice, “me ha ido muy bien siempre, y me ha pasado que los conductores del escenario me quisieran sacar para que salieran Los Jaivas, y la gente me pedía que me quede. No sé cuánto hace, pero fue muy lindo. Yo estaba tocando antes que Los Jaivas,  entonces pasé atrás del escenario y les digo, discúlpenme. Y uno de ellos, que también le dicen Gato, el Gato Alquinta, me dice, métele Gato nomás, así que canté otra canción, Volver a Santa Cruz”.

Con los trovadores de la región

“Nosotros no tenemos, ninguno tenemos compañía. Nuestra compañía es Cultura: Cultura de la Nación, Cultura de la Provincia, Cultura de la Municipalidad”, dice al referirse al espacio de difusión al que asiste anualmente en Trelew, con los trovadores de la región, con quienes comparte el esfuerzo por sostener una actividad que no tiene un mercado como el de la chacarera.

GO: Si nosotros fuéramos la chacarera, no precisamos que nadie nos ande sosteniendo. Si fuéramos el tango, tampoco, pero no somos la chacarera ni el tango, nosotros todavía estamos luchando por salir adelante, y tampoco somos, ni el loncomeo, porque el loncomeo es un momento, el caani otro momento, pero la música patagónica va a tener que ser alguna cosa, toda mezclada, me imagino yo. En ella está, como yo enseño en los colegios, felizmente voy mucho a enseñar en los colegios: yo digo, si uno cava muy ondo un pozo en la tierra de la meseta patagónica va a encontrar este golpe (hace sobre la mesa el toctoc toc, toctoc toc toctoc toc), pero después, una vez que salís para afuera, vas a encontrar todo lo que está en la superficie. Vas a encontrar todo, todo. Y todo, hasta el rock de la Patagonia, lo que tocan los chicos con formato de rock, es música de la Patagonia también. Eso creo yo.

Sobre el Encuentro de Trovadores de la Patagonia en Trelew, alienta que se siga haciendo, porque suele pasar que este tipo de espacios dure cuatro o cinco años y pare. Pero no se queja: “de todas maneras, nosotros, profesionalmente trabajamos mucho. Aunque siempre es Cultura la que nos sostiene”. No tiene ningún delirio de conquista de otro mercado que no sea el de la región. Además de lo imposible de trasladar a toda su banda, es consciente de que es parte de lo que llama músicas periféricas, como la del Altiplano, la de la provincia de Buenos Aires, o la  mendocina. No están vendidas.

GO: Si la Sony, la Polygram, la Universal, no graban ese tipo de música… hoy la Negra Sosa no es escuchada en Buenos Aires. A Los Nocheros, Soledad y Los Chaqueños les costó llenar el estadio de Vélez, es más, pospusieron, lo iban a hacer el 26 de mayo y lo hicieron 15 días más tarde. Es decir que es difícil vender la música folklórica.

“Gato” compartió su vida de músico y escritor con nosotros, el sábado anterior, después de presentarse ante el auditorio de la Feria Provincial del Libro, y antes de partir hacia su casa en Buenos Aires, donde siempre está preparándose para una nueva función en la Patagonia. Allí tiene su estudio, donde escribe, compone y se desenvuelve como el artista en su casa, esperando salir a tocar, en un circuito anual que incluye toda la Patagonia y además Coronel Pringles, Carmen de Patagones, la Cordillera. Es la zona que eligió y que lo tendrá nuevamente sobre el escenario, para la Velada Patriótica en nuestra ciudad. Mientras, continúa dando charlas en universidades de la región, con Patagonia Ficción y Realidad, el libro que escribió con el auspicio del fondo editorial de la Unidad Académica Río Gallegos de la UNPA, y con el que llegó incluso hasta el Reino Unido. “Es un tema inagotable, por lo mágico que tiene la realidad de la Patagonia, todo lo que se escribió a lo largo de tantos años, más de 500 años de escribir cosas sobre la Patagonia, que al lector contemporáneo, cuando lee esos textos, le parece más ficción que realidad. Parece que no fuera cierto que Muster se encuentra en el camino con un indio, y el indio le pregunta: - how are you mister? I speak english. Muster no podía creer que estaba hablando con un indio en inglés, y sin embargo lo estaba haciendo”, dice conforme con todo lo que ha logrado también como escritor. “Siempre pensé que uno tiene que ubicarse bien quién es, dónde está, y hasta dónde, tomarse bien las medidas, yo me establecí un patrón, y estoy muy conforme con eso”, asegura este hombre común que considera haber encontrado su justa medida en todas las facetas de su vida.

LA FICHA
www.gato-osses.com

- Seleccionado por la Universidad de Manchester (Reino Unido) por su trabajo “Patagonia ficción y realidad” para asistir a la Conferencia “Patagonia, Mitos y Realidades), Manchester 2 al 4 de setiembre 2005.
- Coordinador de “Patagonia en Patagones. 2006, La historia”.
- Coordinador de “Patagonia en Patagones. 2007. La Música”.
- Asistente técnico y artístico de la Secretaría de Cultura de la Nación.
- Asistente técnico y artístico de la Subsecretaría de Cultura de la provincia de Santa Cruz.
- Conferencista no académico de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, UNPA, y de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.
- Columnista de La Opinión Austral de Río Gallegos y Crónica de Comodoro Rivadavia.
- Artista del Festival Austral del Folklore, del Festival del Trabajador Patagónico y de otros eventos similares que se realizan en la región. Invitado a “Encuentro de Trovadores de la Patagonia”, Trelew, 2005, 2006, 2007 y 2008.
- Fundador. Realizador de seis ediciones del Festival Austral del Folklore (Pico Truncado, Santa Cruz), fundado en 1969.
- 1984-1986. Miembro del Consejo Patagónico de Cultura.

Libros publicados: Libreta Petrolera (narrativa), 1984. La Mujer Bruja (narrativa) 1991 -Mención Honorífica Fondo Nacional de las Artes-. Disparen sobre el gobernador (ensayo) 1991. Diablos y Diosses (poesía) 1998 - Patagonia, ficción y realidad (ensayo) 2008.
Premio 1997 Concurso Nacional de Cuentos I. Movilizador F. Cooperativos (Desde la gente).

Obras musicales: Hablo del Hombre Común (1987). La mujer del viento (1990). Gato Ossés, Letra y Música (1997) y Canciones de últimamente (1997 y Patagonia al Sur (2007).

LA MEMORIA DEL VALLE
Las imágenes de pájaros nadando en el petróleo con un ojo asombrado y las plumas impregnadas de la viscosidad letal aún no eran conocidas. La preocupación por el medio ambiente era un ejercicio reservado al primer mundo, a los intelectuales y al periodismo especializado. Los últimos desperdicios sin culpa se estaban arrojando aún sobre el planeta esa mañana del 3 de septiembre de 1983. Yo iba en mi camioneta petrolera (despreocupado también de esos asuntos) cuando me topé con un derrame de petróleo y, en medio de esa laguna traicionera, una avutarda. Todavía tenía energía para luchar por liberarse del pegote. Me bajé; la enlacé desde la orilla con una correa de transmisión de los aparatos de bombeo (que son como una correa gigante de ventilador de autos), la arrastré hacia la tierra seca y la limpié con trapos y kerosene. Luego la puse al reparo de una mata y seguí mi recorrido. Yo tenía en la gaveta una libreta donde escribía una especie de diario que publiqué más tarde como Libreta Petrolera. En una de las páginas están anotados estos versos:

ciega en medio del día
abrasada de sol
sangra luz por la herida
pierde aroma y color

quedó presa en lo negro
de la sombra inferior
mientras crece la tarde
como un bosque de sol

era el último vuelo
de regreso al sur
no era agua el espejo
era petróleo y luz

tanto andar el azul
persiguiendo el verano
tanto cielo volado
por regresar al sur
la memoria del valle
daba sur a tu vuelo
pero el diablo del día
te atrapó con su espejo

avutarda avutarda
era el último viaje
para entregar tu ala
al infinito valle

Por la noche, al llegar a casa, compuse la música y así nació la canción.

Esta es la que, considero, excesivamente titulada “milonga del tiempo”. Pero, ya está.

Milonga del tiempo

de la noche a la mañana
de la puerta a la ventana
pasa el tiempo por mi casa
yo no sé si afuera viaja

si está quieto como el agua
si el camino está en el mapa
si este paso es el primero
de mil pasos a un espejo

a través de la madera
llega el tiempo a mi guitarra
queda cerca de su boca
como un beso a la distancia

y me lleva a su cintura
hasta el mástil y el cordaje
tiene algo que decirme
que sólo el tiempo lo sabe

el misterio es el camino
que puede ser infinito
hay un viaje por la tierra
y otro viaje hacia uno mismo

que será de nuestro viaje?:
sólo el tiempo lo dirá.

El árbol
(por Héctor Raúl Ossés)

Uno piensa que los días de un árbol son todos iguales. (Haroldo Conti)

No sé a qué especie pertenece este árbol. Parece ser fuerte, leñoso, de fibras duras y densas, impermeable. Tiene una copa poco frondosa, de ramas relativamente cortas. Las hojas parecen brotes (cortos y verdes), aptas para desafiar las inclemencias y los vendavales; no tienen la blandura aceitosa de las hojas de álamo o de sauce. No obstante, no pudo evitar que los vientos hayan hecho que la copa apunte en línea recta hacia el este, en dirección al mar, hacia la desembocadura.
Sin embargo, el tronco permanece perpendicular a la tierra. Muchos dirán que se debe a su escasa longitud. Yo digo que el tronco no se inclinó gracias a su fortaleza.
El árbol está solo. Por alguna razón ninguno de los de su índole llegó a ser como él. Todo a su alrededor está preparado sólo para él, hasta la alfombra vegetal donde ha crecido. Nació y creció en ese preciso lugar exclusivamente por voluntad de la Naturaleza. Nadie vino a cavar un pozo y  plantar una estaca.
El árbol sabe de su soledad, de su irremediable inmovilidad, tiene certeza respecto de su condición de planta, pero, poco a poco, desde hace un tiempo, las cosas se mueven a su alrededor. Hay fragor de maquinarias (de buques y de locomotoras, de cinta transportadora); los autos vienen y van, pasan los pescadores. Cruzando el alambre, entre la ruta y la costa hay una hilera de casillas de chapa.
Ha visto los fotógrafos.
Su estampa salvaje pertenece ya a la iconografía de la Patagonia.
(Artículo publicado en el Suplemento “Arte y Cultura” en el 2003).

Esta canción fue escrita en la cárcel de Rawson (creo que en 1978). Fue “escrita” en la memoria porque no teníamos papel ni lapicera. Años más tarde la canté en una reunión, en Río Gallegos; una compañera me dijo: “esa canción la conozco, la recitábamos en Devoto”. Es decir que la letra había llegado hasta la cárcel de mujeres de Devoto vaya a saber por qué caminos.

hablo del hombre común

hablo del hombre común
simple barro con aliento
que es un cántaro de amor
y es barro y es alfarero

es ese que va tiñendo
la urdimbre de la historia
el que abre golpe a golpe
la senda hasta la victoria

no importa si tiene un hacha
un fusil una paloma
un cuaderno una herramienta
o tiene las manos solas
tiñe con sangre los hilos
de la urdimbre de la historia

por eso quiero cantar
el valor del compañero
y hablo del hombre común
simple barro con aliento

hablo también de lo diario
de la reja para adentro
de multiplicar el pan
y beber en el desierto

de establecer un sonido
y vibrar a un mismo tiempo
el que no sabe escuchar
no puede oír el silencio

por eso quiero cantar
el valor del compañero
y hablo del hombre común
simple barro con aliento

fuente: http://www.laopinionaustral.com.ar/diario.asp?Modo=Noticia&NId=3198&A=2009&M=6&D=13